Artículo parcial escrito por el Prof. Emilio Hernández en fecha 28/10/18.
Camarada Presidente Maduro: Usted venda petros en bolívares a paridad fija en suficiente cantidad como para evitar que el bolívar siga devaluándose, garantizando el valor nominal o facial del petro (pagadero en commodities) como hemos garantizado el pago del valor facial de los bonos de PDVSA, entre otros compromisos de la República, y empezaremos a ver la luz al final del túnel. Adaptemos otras políticas, como la política fiscal y la política de precios, a este eje de acción, para garantizar el poder adquisitivo del salario. Tenemos músculo para hacerlo, porque poseemos reservas minerales por varios billones de dólares. No haga caso a los profetas del desastre.
Si desea una versión directa de por qué esta arquitectura monetaria funciona, no versiones mediatizadas por quienes no creen en esta estrategia, quizás porque no la han analizado suficientemente, estamos a la orden un grupo de académicos y profesionales: venezolanos y chavistas.
Valor de mercado del petro
Es evidente que, de momento, el Estado puede vender petros pero no puede dar garantías de libre cambio de petros por divisas, sino garantía de recambio por commodities. En otras palabras, el Estado puede dar garantías de recibirlo como moneda de pago de nuestras exportaciones, especialmente petróleo. De momento la libre convertibilidad entre petros y divisas debe dejarse al mercado privado de divisas, lo que producirá un valor de mercado del petro.
También es evidente que no se puede garantizar un valor internacional fijo de mercado para el petro, en el mercado internacional inciden una gran cantidad de factores. Sin embargo, podemos tratar de influir para que ese valor de mercado se mantenga en un cierto entorno, con emisiones y retiros de petros del circulante, manejo de tasas de interés, emisión de bonos y otros instrumentos monetarios. Como hace cualquier Banco Central del mundo. Debemos trasladar la batalla económica a ese terreno y buscar suficientes interesados en comprar petros, en especial entre nuestros aliados geopolíticos, para que se mantenga un valor de mercado cercano al valor facial. Incluso ofrecer ventajas para la compra de nuestros commodities en petros.
Dilema de Triffin
Sobre la base del Dilema o Paradoja de Triffin, hemos estado recomendando que mantengamos las dos monedas, el bolívar a lo interno y el petro como una divisa, nuestra divisa. Dicho de manera sencilla, el Dilema de Triffin establece que si una moneda es usada a la vez en la economía doméstica y como moneda de reserva por agentes extranjeros, una política de corto plazo conveniente domésticamente (por ejemplo devaluar para estimular exportaciones) puede traer consecuencias negativas de largo plazo en el contexto extranjero (por ejemplo que nadie quiera tenerla porque el emisor la devalúa a su antojo).
Ha habido asesores y voces incautas que han recomendado el esquema que siguió Brasil en los 90 con el Plan Real de sustitución progresiva del cruzeiro por el real, en nuestro caso caso la sustitución progresiva del bolívar por el petro. Ese esquema funcionó en Brasil porque hubo detrás un pacto de élites: la burguesía brasileña con un gobierno de derecha, que decidieron hacer una operación monetaria/psicológica para cambiar una moneda fiduciaria por otra moneda fiduciaria. Evidentemente, no es nuestro caso. Además, el real no fue concebido como divisa, al contrario del petro, que tiene como objetivo evadir los bloqueos que nos imponen a través del sistema financiero del dólar.
La adopción de una moneda única seria una catástrofe a largo plazo para Venezuela. Vean el caso de los EEUU, donde se puso en evidencia el Dilema de Triffin. Este país tiene como moneda interna la misma que medio mundo usa como moneda de reserva. EEUU no puede devaluar el dólar para proteger su industria frente a las exportaciones chinas debido a que quienes mantienen reservas en dólares tendrán sus reservas devaluadas y perderán su confianza en el dólar como moneda de reserva: Dilema de Triffin. A consecuencia de esto, los EEUU se han desindustrializado progresivamente, cediendo paso a China como primera economía industrial del mundo.
Si tienes una moneda que en el extranjero se podría usar como reserva de valor (el petro) entonces tienes que tener una moneda diferenciada para uso interno (el bolívar). China lo entiende así y tiene sus dos yuanes, uno interno, el CNY, y otro offshore, el CNH. Son dos monedas totalmente diferentes, las dos son Chinas pero distintas. Y ahí tienen a China, con su industria llevándose por los cachos al resto del mundo y EEUU “exigiéndole” a China que revalúe su moneda, en vez de devaluar la suya.
La inocencia en materia monetaria está confundiendo las cosas y hay quienes quieren estimular el uso del petro internamente en Venezuela, cuando nuestra mejor opción monetaria es que el petro sea nuestra divisa, dejando el bolívar como única moneda de curso legal.
¿Qué problema resuelve introducir el petro como moneda de curso legal? Absolutamente ninguno, o resuelve un problema imaginario. Nuestro problema es el poder adquisitivo del salario, que se paga en bolívares. Pongamos una paridad fija bolívar-petro y transferimos la fortaleza del petro al bolívar y, por lo tanto, al salario, que podrá incrementarse luego, en bolívares, sin que se devalúe por acción de mafias cambiarias.
Por supuesto, es correcto que el petro se use donde se usan divisas extranjeras, como en el turismo, venta de combustibles a la aviación, comercio de frontera, etc., pero debemos abandonar la idea de darle “usabilidad” al petro a expensas de nuestro maltratado bolívar. Defendamos el bolívar mientras sea la moneda en la que se pagan nuestros salarios. Permitir el uso de petros para operaciones de bienes inmuebles es una pésima idea, debe ser el bolívar: aunque la unidad contable sea el petro o el mismísimo dólar, la operación debe efectuarse en bolívares, para darle demanda al bolívar.
La manera en que el petro sostiene al bolívar es manteniendo un control estricto de la paridad bolívar petro (como hace China con el CNH y el CNY, aunque tenga diferentes razones para hacerlo) y en nuestro caso es recomendable una paridad fija por un tiempo. Puede ser a 3600, ya que ha sido definida así desde el principio. Al menos durante un tiempo, para desarticular el negocio del contrabando de extracción y devolver confianza a nuestra economía.
Total, a paridad fija garantizada por el Estado, te da lo mismo tener petros que bolívares.
Control de la inflación
Hemos escuchado también voces oficiales asegurando que la inflación “sólo” se someterá con el incremento de la producción. Lo incorrecto en esta afirmación es el adverbio “sólo”. La inflación, como han demostrado hasta el cansancio varios investigadores, como mi colega Pasqualina Curcio, es en gran medida consecuencia de la manipulación cambiaria espuria.
En una economía cerrada, subir la producción ayuda inmediatamente a controlar la inflación. Pero tenemos el problema de que la economía venezolana no es una economía cerrada, de hecho, ninguna economía lo es. La producción se va por las fronteras, que no hemos podido controlar como debe ser.
Si nos manipulan el tipo de cambio para que nuestros productos se abaraten en divisas, siempre habrá estímulo para comprar barato en Venezuela y vender a precio internacional allende la frontera. Aún si tuviéramos una super producción de bienes ¿acaso es negocio para el país vender tan barato?
El control de la inflación tiene que pasar por el control del tipo de cambio. Sólo podremos lograrlo con (1) paridad fija de anclaje entre el bolívar y el petro, con libre convertibilidad, (2) emisión suficiente de petros para su venta en bolívares, (3) libre convertibilidad de petros por otras divisas, (4) garantía del valor facial del petro por parte de Estado venezolano, (5) promoción del petro como instrumento sólido, para que tenga más interesados, en especial entre nuestros clientes petroleros y nuestros aliados geopolíticos y (6) implementar un mecanismo ex-post de control de fuga de capitales provenientes de la venta de petros, apoyándose en las características tecnológicas de transparencia e inviolabilidad del petro.
Dejemos el derrotismo y avancemos a nuestra propia solución, descolonizada, usando nuestras propias capacidades intelectuales. Nuestros problemas monetarios y económicos tienen solución a un plazo más corto del que muchos piensan (o desean). Dejemos la lloradera por no tener dólares. ¡Venceremos!
Disponible en https://emiliofhg.wordpress.com/2018/10/28/la-descolonizacion-monetaria/