Artículo del Prof. Emilio Hernández en fecha 28/11/18. Disponible en https://telegra.ph/Lo-que-deber%C3%ADa-ser-el-Petro-11-29.
Las explicaciones deben darse cada vez con palabras diferentes, hasta que al interlocutor le haga “click” el concepto. El petro tiene el potencial de ser un instrumento muy poderoso, que a la vez cumpla con las funciones básicas de toda moneda (unidad de cuenta, medio de pago y reserva de valor) y que tenga un valor facial garantizado por la República, como ha garantizado otros bonos soberanos. Esto puede verse como un híbrido moneda-bono, además implementado como criptomoneda: ¡una creación venezolana!… pero corremos el riesgo de destrozar con los pies lo que creamos con la cabeza.
La decisión del gobierno de anunciar un anclaje bolívar-petro a BsS 3600 x Petro, pero no hacer nada para que se cumpla, por ahora, ha traído una nueva depreciación del bolívar en el mercado paralelo de casi ¡diez veces!. El simple anuncio no funciona, los enemigos de la patria se ríen de los anuncios. Lo que funciona son las acciones reales, en este caso la oferta de petros en bolívares lo suficientemente grande como para mantener la paridad de 3600 bolívares por petro.
Tenemos una crisis de producción petrolera, que se evidencia en las cifras de exportación de crudo. Quizás tenemos también una crisis de producción de alimentos, cosa que no sabemos a ciencia cierta porque no tenemos cuantificaciones exactas de (1) la dimensión del contrabando de extracción y (2) el incremento de la producción doméstica o en pequeños conucos o unidades productivas comunales. Es posible que buena parte de esta producción extra se vaya directo a los países vecinos. Lo que sí es evidente es que tenemos una crisis de oferta de productos en Venezuela, quizás a expensas del contrabando de extracción.
La crisis de oferta de productos se da en medio de una crisis monetaria, en la que el bolívar es depreciado continuamente por fuerzas vandálicas trasnacionales cuyo negocio es comprar barato en Venezuela, sean inmuebles o sean productos que venderán en el exterior. Aparte del impacto político, de deterioro del chavismo y el proceso bolivariano. No hay razón económica para una depreciación tan exagerada del bolívar en tan corto plazo, como bien explica Pasqualina Curcio [1].
Podríamos salir de la crisis monetaria si tuviéramos muchísimas divisas para inyectar en el mercado de divisas. Eso es lo que reza la escolástica económica. El problema es que no tenemos divisas. Mejor dicho, sólo tenemos unas divisas que podemos emitir nosotros, es decir, petros.
Para que no lo deprecien como al bolívar, el petro debe ser como un híbrido moneda-bono, es decir, tener valor facial como un bono y que el Estado Venezolano se comprometa a honrar el valor facial, en commodities al comienzo, es decir, recibiéndolo como moneda de pago de las exportaciones, y a largo plazo recomprándolos con divisas en el mercado secundario. Este valor facial es lo que en otros artículos hemos llamado anclaje y corresponde a una fórmula de valor expresada en el segundo white paper. Son dos anclajes, éste y el del bolívar al petro a razón de BsS 3600, revisable.
La seguridad de que el petro tiene un valor facial, como un bono, hace que su precio en el mercado no disminuya de modo tan violento, como sucede con el bolívar que tiene una depreciación que se podría catalogar como exponencial. Recordemos los bonos de PDVSA, emitidos entre 2007 y 2014, cuyo valor de mercado se llegó a reducir a la mitad aproximadamente. En contraste, el valor del bolívar se redujo a la millonésima parte desde que el Comandante Chávez creó el Bolívar Fuerte. Los bonos de PDVSA fueron pagados en su valor facial y el valor de mercado se fue aproximando al valor facial a medida que llegaban a su madurez. Aún así, el valor de mercado del petro debería vigilarse para que no se distancie mucho de su valor facial.
Pero no debemos olvidar que la venta de bonos de PDVSA para “recoger circulante” se convirtió en fuga de capitales sin delito asociado. El combate a la fuga de capitales a través del petro es necesario y puede abordarse con altos niveles de transparencia y vigilancia sobre el blockchain del petro. Mucho mejor si la ley define los compromisos que adquiere un comprador de petros en el mercado primario.
En este escenario, un anclaje del bolívar al petro, a paridad fija, estabilizará el bolívar. Tiene que haber oferta sólida de petros, más exactamente sin escasez, para que no sea atractivo acudir al mercado paralelo. Tenemos que defender el valor de mercado del dólar en el escenario internacional, tratar de que no se distancie del valor facial. Con esa defensa, defendemos también el bolívar y el salario.
Esta estrategia es simple, ¿por qué no la entiende el alto gobierno y, al contrario, ensaya mecanismos monetarios que perjudican a la mayoría de los venezolanos?
Quizás se debe a que lo que llama el camarada Julio Escalona la “corriente derecha del gobierno” [2] la sabotea, la paraliza. Se crea la Sunacrip y se estrena como un ente de espaldas al pueblo, para defender intereses extranjeros poseedores de divisas y criptomonedas especulativas, a quienes les dan un precio fijo del petro, pero perjudicando a los venezolanos, a quienes nos devalúan el bolívar frente al petro día a día. Una tortura diaria, pues. Empezó en 3600 y ya va casi en 5000.
El mecanismo de ahorro en petros es una ayuda a un sector minoritario de la clase media, esa minoría que aún puede ahorrar. Hasta ahora, el petro se implementa con características casi asistencialistas y no monetarias. Si se pensara en involucrar al petro en la política monetaria, se tomarían decisiones de mucha mayor envergadura.
¿A quiénes estamos defendiendo? Al asalariado no se le defiende dándole aumentos que se vuelven sal y agua. Se le defiende también defendiendo la moneda en la que se pagan los salarios, en nuestro caso, el bolívar.
Se ha definido el valor del petro en función de la cotización Dicom del dólar. Nada menos que el Dicom, un mecanismo cerrado de subasta de dólares, no transparente, al que casi nadie tiene acceso. Es un perrito faldero del dólar paralelo porque sube cuando éste sube, pero mantiene un diferencial que permite a los selectos beneficiarios comprar dólares baratos para luego venderlos al precio del paralelo. No lo digo solamente yo, lo afirma la camarada María Alejandra Díaz [3] y muchos otros camaradas en privado. El Dicom ha sido una estafa continuada desde que empezó y posiblemente sea objeto de investigación de la fiscalía en un futuro cercano.
Nuestra más brillante creación monetaria, el petro, ha sido envilecida con la cotización de un mecanismo irreal como es el Dicom, una cotización del dólar, la moneda que emite el país que más daño nos quiere hacer. El anclaje soberano debe prescindir del dólar: el petro se ancla a una cesta de commodities y el bolívar se ancla al petro, a paridad fija revisable. La paridad bolívar-dólar debe ser simplemente el valor del petro en bolívares dividido entre el valor del petro en dólares. El Dicom ya cumplió su ciclo y debería eliminarse.
Emitiendo un total de 300 millones de petros durante unos 3 años, para el libre cambio por bolívares (sujeto al uso de los petros según una ley que al respecto se cree) estabilizamos el tipo de cambio al menos durante esos tres años. Esto nos da chance para implementar una política agresiva de incremento de la producción y de sustitución de importaciones, ahora en un escenario de estabilización monetaria. La estabilización del tipo de cambio es el principal objetivo macroeconómico que deberíamos focalizar. Esos 300 millones de petros equivalen a menos de la milésima parte de nuestras reservas minerales. La milésima parte. ¿No gastaría Ud. la milésima parte de sus haberes para salvar a su familia? Lo mismo debería hacer el Gobierno Revolucionario con el pueblo de Bolívar.
Si el temor es la fuga de capitales que podría traer el libre cambio de bolívares por petros, podemos hacer un control posterior, basado en la transparencia de las transacciones del petro y exigiendo pruebas de las importaciones realizadas.
Un control, cualquiera que éste sea, hará que el dólar paralelo sobreviva. Pero nuestro objetivo no debe ser eliminar el paralelo, sino que el paralelo sea de verdad paralelo, y no exponencial, como es hasta ahora. Si el paralelo sobrevive pero es 10-20% mayor al que podría obtenerse en las casas de cambio permisadas, sin que suba desbocadamente, podríamos considerar que hemos tenido éxito. Luego vendrán otros objetivos.
Demos curso a la inteligencia venezolana consultando a expertos venezolanos. Olvidemos a los “expertos” extranjeros que lo que recomiendan es abandonar al bolívar a su suerte, cuando no eliminarlo. Obviamente, serán muy patriotas para defender a sus países, pero no el nuestro.
Presidente Maduro, rodéese de gente que no tenga miedo, confíe en las fuerzas vivas de su país. Las cosas hay que hacerlas a una escala mucho mayor, cero pañitos calientes. ¡Venceremos!
[1] http://www.15yultimo.com/2018/11/26/salario-vs-precios-y-liquidez-monetaria/